‘Clave Matisse’, según Reyes Calderón

‘Clave Matisse’, según Reyes Calderón

Una pulsera, un cuadro y una cena dan comienzo a Clave Matisse, un thriller absorbente del que Reyes Calderón ha ido compartiendo pequeñas pinceladas en diversas entrevistas. Aquí resumimos algunas de las más relevantes para que puedas conocer mejor a Reyes y a la historia que mantiene en vela a la juez Lola Machor.

“Esta vez Lola no tiene la culpa. Sino su marido Jaime.” Esta premisa obliga a la autora a lanzarse a escribir una nueva aventura a dos voces en la que por primera vez podremos oír y conocer de una forma más personal a su marido, Jaime Garache Aguirregunaga. Repasamos algunas de las reflexiones de Reyes Calderón sobre Clave Matisse en distintos medios de comunicación. 

¿Cómo ha sido la experiencia de escribir como Jaime? (Cadena Ser) “Me ha resultado divertido. Yo soy más bien caótica y disciplinarme tanto es un reto profesional. Como cuando escribes como un asesino en serie… ¡yo no tengo costumbre de asesinar! (bromea)”.

¿Por qué es esta su novela más personal? (Confilegal.com)Es la más personal de Lola, porque mezcla su historia judicial y criminológica con su vida personal. Hay un momento que se da cuenta de que no le están contando la verdad y que de ello depende su vida, su matrimonio.

Esta trama tiene tanto impacto en la pareja que cada uno hace su investigación en paralelo. (Diario Información) “Al final, las dos líneas terminan juntándose, pero eso nos permite conocer a este hombre que es muy brillante pero que ante la personalidad de Lola queda eclipsado, como pasa a muchos hombres hoy en día, y no lo lleva demasiado bien”.

Hablando del carácter, muchos encuentran sinergias entre Lola Machor y Reyes Calderón, ¿existe realmente esa relación? (Libertaddigital) “Lola tiene de mí más de lo que me gustaría y mucho menos de lo que la gente piensa. Tenemos cosas en común porque uno siempre deja jirones de su piel en lo que escribe, pero Lola es mucha Lola para mí. Ella me queda grande. Envidio su frescura, su capacidad de enfrentarse a todos sin pensar en los fracasos ni en el miedo al qué dirán, su firmeza de carácter”.

¿Por qué decidiste tratar el tema del robo de arte y joyas en este caso? (Libertaddigital) “Esta actividad (tráfico de arte robado o expoliado) mueve quince mil millones de euros al año y es, después del tráfico de armas y de drogas, la tercera actividad ilegal que mueve más dinero. La colección de historias fascinantes que rodean tanto a los ladrones de guante blanco que no conocemos (ni conoceremos), como a las unidades encargadas de encontrar y reclamar estas obras tienen un gran atractivo para los escritores”. “Es mundo absolutamente oscuro, pero fascinante”. (Leerhacecrecer)

¿Qué es lo que más te sorprendió cuando hablaste con los expertos para documentarte sobre esto para la novela? (El Mundo) “En la zona de Levante han vivido altos mandos nazis, incluso algunos SS, con total tranquilidad. Y algunos siguen viviendo. Eso ha pasado muy desapercibido en España, no nos ha preocupado. Muchas localidades del sur de España con un porcentaje de alemanes muy alto proviene de esa época. Muchos, militares exiliados. Y no es tan difícil de investigar. No se han ocultado”.

Dejando la literatura a un lado por un momento, ¿podremos ver a Lola MacHor como una estrella del cine? (El Confidencial Digital) “José Antonio Escrivá está preparando los guiones… Me haría mucha ilusión ver a Lola en pantalla. Me da un poco de reparo pensar quién la interpretará, aunque tengo claro que en España tenemos actrices estupendas”.

Su trayectoria literaria va de Las lágrimas de Hemingway a Clave Matisse. ¿Alguna metáfora de su evolución entre ambos referentes culturales? (El Confidencial Digital) “No sé ya el número de veces que he leído El viejo y el mar, de Hemingway: una historia de luces, sencilla, fresca e intimista. Pero hay un Hemingway que es muy Matisse: el de Fiesta, ¡y es el mismo autor! Eso es lo que tiene la condición humana. El Matisse de la explosión de color es el mismo que el Matisse de las mujeres que no sonríen, el atribulado, el que está rodeado de supuesta alegría en zonas tristes de recreo… Los dos representan muy bien esos negros y esos blancos con los que escribo. Tanto Hemingway como Matisse reflejan bien con sus vidas y trayectorias el espíritu de contraste entre el quiero y no quiero, entre el me gustaría y el no sé cómo, entre la felicidad y las lágrimas”.